Hacía más de un mes que escuchaba comentarios aislados sobre la instalación de un robot en la sede permanente del Festival Internacional de videoarte de Camagüey (FIVAC), pero me sentía un poco escéptica sobre el verdadero nivel de funcionamiento y desarrollo que podría tener una pieza de este tipo, construida en Cuba. La verdad es que no tenía noticias de que alguien se dedicase a diseñar y ensamblar robots en mi país, tampoco había visto ninguno (apartando películas de ciencia ficción y reportes sobre el avance de la tecnología en Japón).
Nuestro acercamiento a lo tecnológico y al desarrollo constante de las relaciones entre arte y ciencia es modesto, por eso nos descubrimos con las bocas abiertas ante Orangebot-16, un robot, que es en realidad una cabeza robótica articulada que rota sobre su eje, habla y, lo que más me conmueve: pestañea ante la presencia de alguna persona que active sus sensores ultrasónicos. Anoche, en la Galería Pixel , cita en Ignacio Agramonte No. 426, fue presentado por primera vez al público camagüeyano en la inauguración de la exposición "La otra naturaleza", que comprende también proyecciones, las cuales muestran el uso de esa tecnología que hemos de sentir, lamentablemente, aún lejana, en favor de la expresión y composición artística.
Pero, imposible negarlo, Orangebot-16 se reserva para sí toda la atención, lo llamativo de su origen, lo novedoso de su presencia, sus habilidades humanas y su significación como producto de un audaz imaginario científico vuelto piezas tangibles termina por atraer a público de todas las edades. Los niños se acercaban más entusiasmados que estupefactos, emocionados, y, muchas veces, con más conocimientos sobre el asunto que sus propios padres. Es que para los más jóvenes no resulta tan ajeno un suceso como este cuando la televisión, los celulares, los juegos de video y los paradigmas de confirmación social con los que tienen contacto están colmados de este tipo de dispositivos, por eso los ven desde una perspectiva más cercana.
Buena idea pues, la de Jorge Luis Santana, el presidente del FIVAC, y de Yusnier Mentado, que de conjunto planearon, y la ejecución de este último, que compuso a Orangebot-16 en meses de trabajo, rescatando piezas como una cámara analógica Bolex modelo H16 de 16 mm o rayos de bicicleta. Ahora Orangebot-16, emplazado en el CEDINM (Circuito para la exhibición, el desarrollo y la investigación de los nuevos medios), puede irse repartiendo de a poco por el mundo, cada vez que alguien le tome una foto, un video, o se hable de él en las redes sociales, es que también la ciencia moderna corresponde a este robot con la divulgación que le facilita un océano virtual que sirve a su vez de cámara de ecos cada vez que se escribe su nombre y se multiplica en cientos de pantallas.
Por: Greter Cepero González