27/2/14

El Encanto: ocho décadas de cinematografía.

Por: José Raúl Gallego Ramos

Aunque sus inicios se remontan a principios del siglo XIX como hotel y luego en el XX funcionó como tienda de víveres, estudio fotográfico, agencia de colocaciones y sede de espectáculos públicos; no fue hasta 1934 cuando el edificio situado en la otrora calle Estrada Palma empezó a vincularse a lo que sería su destino hasta la actualidad: la cinematografía.

Según cuenta Marcos Tamames –historiador del arte que ha desarrollado una amplia investigación sobre el fondo arquitectónico de la ciudad de Camagüey- el cine Encanto se inaugura como tal el 24 de febrero de 1934, propiedad de los empresarios teatrales Castillo, Barillas y Cía. quienes lo concibieron como Salón Cinematográfico y de Variedades, gracias a la remodelación realizada meses antes por el arquitecto Francisco Herrero Morató.

A las 5 de la tarde, las personas acomodadas en las 391 lunetas del cine disfrutaron una súper producción de la RKO Radio Picture y en horas de la noche se realizó un baile en homenaje al Grito de Baire, organizado por los cronistas de la prensa local, acontecimiento en el que participaron las Bandas Militar y Municipal y las orquestas OMJK del profesor "Paquito" Agüero y la de los hermanos Licea.   

Desde entonces hasta hoy mucha agua ha corrido y el cine Encanto ha vivido momentos que le han hecho honor a su nombre y otros, que lamentablemente se asociarían más a sus antónimos. Para 1955 el edificio vivió una importante transformación, duplicando sus capacidades, mejorando su tecnología y agregándole a su fachada una marquesina que estuvo considerada entre las más elegantes del país. En los años siguientes El Encanto continuó ofreciendo su programación a los camagüeyanos, hasta que hace una década los avatares de la naturaleza y la imprevisión obligaron a cerrar sus puertas indefinidamente.

Fueron los aires del medio milenio de la fundación de la ciudad los que volvieron a traer la esperanza de que el Encanto descorriera nuevamente sus cortinas. Sin embargo, una década de abandono deja huellas profundas que no se borran solo con pintura y buenas voluntades.  Un lunetario inexistente, cielos rasos destrozados, instalaciones eléctricas e infraestructura eléctrica defectuosas, climatización inservible y también -hay que decirlo- demoras, contratiempos y desidias, han sido obstáculos que han entorpecido el empeño de los implicados.

Así, entre esfuerzos y tropiezos, el cine Encanto llega hoy a sus ochenta años, aún cerrado, lamentablemente, pero con la esperanza de abrir muy pronto sus puertas y sin fantasmas de apuros ni chapucerías. Es imposible negar el "encanto" de los aniversarios, pero la calidad es más importante que las fechas.

Cuando algunos apocalípticos hablan de la muerte del cine como instalación cultural, el Cine Encanto apuesta por adaptarse a los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías, convirtiéndose en el primer cine 3D de la provincia y acogiendo al CEDINM, Oficina del Festival Internacional de Videoarte de Camagüey, con un grupo de proyectos socioculturales que incluyen galería de arte, laboratorio de creación audiovisual, circuitos de investigación y talleres comunitarios. Esperemos entonces, que el próximo 24 de febrero la intención se haya convertido en realidad y que El Encanto recobre para sí y para la ciudad, el significado de su nombre. 

25/2/14

Encanto: Una casa, un teatro, un fragmento cultural.

Mientras, FIVAC desempolva también  la historia del antiguo cine Encanto.

 

      Los festejos por el medio milenio de la ciudad no solo invitan a una rehabilitación de su Centro Histórico, sino también a hurgar en la memoria cultural que atesoran sus inmuebles. El accionar del comité organizador del FIVAC en la revitalización del Cine Encanto es uno de esos ejemplos que, aunque en coordenadas diferentes, encuentra sólidos antecedentes en el siglo xviii y primera mitad del xix, cuando los propietarios de la casona de Soledad no. 16, la arrendaron a comerciantes y sociedades, quienes con sus establecimientos enriquecieron el imaginario de camagüeyanos y forasteros.

 

El nomenclátor de 1883-84 anunciaba a toda Cuba y América que en el espacio de enclave del actual Cine Encanto, encontraría el visitante el Hotel Telégrafo "con servicio de café", a cargo del comerciante José Colomer; y en 1916, bajo el topónimo Soledad o Estrada Palma indistintamente, la "Casa de A. Socarras", tienda de víveres de Alfredo Socarrás, el estudio fotográfico de Torrecilla y Hernández, así como el servicio de retratos al creyón y agencia de colocaciones de José R. Césares.

 

Encanto, como nombre de establecimiento, parece encontrar su origen en la habilitación de esta casa para sede de espectáculos públicos por parte de la Cía. Comercial El Lugareño con posterioridad a 1923, año en que su sede se traslada desde La Habana a Camagüey; sin embargo, aparece asociado al arte cinematográfico cuando los empresarios teatrales Castillo, Barillas y Cía., con residencia en Sagua la Grande, conciben el espacio como Salón Cinematográfico y de Variedades, inaugurándolo el 24 de febrero de 1934 a las 5 de la tarde con una súper producción de la RKO Radio Picture y; en horas de la noche, un baile en homenaje al Grito de Baire organizado por los cronistas de la prensa local, acontecimiento en el que participaron las Bandas Militar y Municipal y las orquestas OMJK del profesor "Paquito" Agüero y la de los hermanos Licea.

 

A partir de entonces, la casa colonial de estirpe neoclásica no solo se sumergió en la columna "Carnet Teatral" y la sección "Mundo Social" del periódico El Camagüeyano; sino también en un cambio de su expresión arquitectónica. A la habilitación para cine que realizara el arquitecto Francisco Herrero Morató entre noviembre de 1933 y febrero del 34, siguieron el  declive del piso, la construcción de palcos, la instalación de las lámparas Strong para mejor proyección de las películas, la modernización de la cubierta, la construcción de un salón para fumar y el aumento del número de lunetas: de 391 (1933) a 766 (1955).  La imagen actual responde al proyecto del arquitecto Claudio Muns Blanchart en 1955, para entonces el teatro de Estrada Palma no. 410  modificó la composición de su fachada para adquirir una marquesina que por moda y funcionalidad otorgó al Encanto un indiscutible toque de modernidad que está llamado a renovarse para los 500 años de la ciudad.

 

Bajo la égida del nombre Encanto, el área que ocupara la casona Soledad no. 16 acoge hoy a la Oficina del FIVAC y todo su proyecto cultural un Circuito para la Exhibición, el Desarrollo y la Investigación de los Nuevos Medios; proyecto que ofrece continuidad a la incesante búsqueda de contemporaneidad que ha matizado a la ciudad desde pasadas centurias. 

 

Marcos Tamames Henderson

1/2/14

La nueva sede de FIVAC va saliendo,

poco a poco… pero saliendo

 El pie forzado de inaugurar obras constructivas en saludo a alguna fecha  histórica ha sido luego causa de más de una insatisfacción. Y aunque a todos nos hubiera gustado abrir lo más pronto posible la  nueva sede de la Oficina del Festival Internacional de Videoarte de Camagüey (FIVAC) con su proyecto: Circuito de Exhibición, Desarrollo Investigación de los Nuevos Medios (CEDINM), el tiempo demostró que no se puede forzar ni siquiera por una celebración como son los 500 años de la fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.

No es tarea fácil transformar un viejo cine casi destruido en una galería de arte, un laboratorio de creación y un espacio de proyección en formato 3D, sobre todo cuando se hace con pocos recursos, poco personal, aunque eso sí, muchas ganas. Las cosas o se hacen bien, o no se hacen. Por eso, los organizadores del evento decidieron convertir la inauguración en un día más de trabajo y recibir, brocha en mano, a las decenas de personas que se acercaron al local del antiguo Cine Encanto de la calle Ignacio Agramonte.

Entre los visitantes estuvo Peter Sulzer, director de  COSUDE en Cuba, Pablo Platas, Consejero cultural de la Embajada de España en La Habana, artistas invitados, amigos y público general a quienes se les brindó información sobre el trabajo en la oficina del festival, las proyecciones del  CEDINM, la próxima edición del FIVAC y se les mostró los avances constructivos del proyecto.

En el día de ayer se concluyó de pintar y realizar las instalaciones eléctricas del espacio donde funcionarán el centro de documentación, la sala de conferencias y la proyección de premieres. También se trabajó en la restauración de las paredes de la galería y en el ensamblaje de los dispositivos de tecnológicos.  Antes era imposible con el espacio sirviendo de almacen temporal, por el ritmo de trabajo de la brigada que trabajaba allí.

De esta forma, el 500 aniversario se celebra de forma diferente para el equipo del FIVAC; mientras toda la ciudad se viste de gala y sale a disfrutar de una semana cargada de actividades, en el antiguo Cine Encanto las luces no se apagan hasta bien tarde en la noche. Así, de detalle en detalle la nueva sede de FIVAC  va saliendo, poco a poco… pero saliendo BIEN, y eso es lo que importa.

José Raúl Gallego Ramos.