24/7/14

En Camagüey una mirada BRICS, hasta el 23 de agosto en la Galería Píxel de FIVAC.


En esta ocasión, FIVAC reúne un total de 21 obras provenientes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Desde la creación de este grupo mucho se ha comentado sobre la trascendencia de sus respectivas economías emergentes y el rol que desempeñan en el complejo y caótico panorama internacional actual. Sin embargo, en nuestro caso, más que economías emergentes significan modos diferentes de concebir la imagen, lejos de estandarizaciones que han venido asentándose en la producción de videoarte.
Desde las osadías de Nam June Paik hasta la fecha, los videoartistas -sobre todo de Estados Unidos y de Europa Occidental- han ido estructurando la gramática audiovisual de este particular género artístico, y en esta estructuración se han ido sedimentando paulatinamente determinados esquemas que apuntan hacia el establecimiento de un lenguaje particular de la videocreación. Es decir, de alguna manera, el lenguaje de la videocreación ha ido estableciendo ciertos axiomas (o cánones) recurrentes y casi de obligatorio cumplimiento que posibilitan la identificación "tipológica" del género, por lo que no estamos lejos de la estandarización del género.
Los países de la periferia -y sé de la ambigüedad de continuar hablando de periferias en ambientes aparentemente tan globales- han logrado permanecer al margen de estas influencias y, en consecuencia, conservan maneras muy particulares de asumir el hecho creativo. Es obvio que estas maneras particulares no garantiza la valía de la obra pero, al menos, nos dejan la opción de constatar otras aproximaciones a realidades distantes.
De los cinco países reunidos en esta muestra es Brasil, sin dudas, el más cercano, no solo geográficamente sino, sobre todo, culturalmente por lo que la recepción de sus obras encuentra en nosotros referentes propicios para su interpretación. Obras tales como Upward movility, Deu no journal o Identidades discurren sobre horizontes de interpretación convergentes. Sin embargo, obras como Dandakaranya The jungle of punishment, de la India
, quedan resueltas con códigos tan eficientes y universales que las distancias culturales se remontan en los menos de 3 minutos de duración.
Por su parte, Inside the White cube, de la notable videoartista rusa Olga Kisseleva propone la presentación de una dicotomía funcional dada en una misma persona que a la vez que estudia y se prepara para ser artista, se desempeña como veladora de sala en un importante centro cultural de Moscú. "Si no puede estar en el arte, al menos estar cerca de él", son palabras de este personaje que nos conduce a partir de un agudo soliloquio.
Por segunda ocasión, el Festival Internacional de Videoarte de Camagüey organiza una muestra dedicada a la videocreación BRICS y esta seguramente no será la última. En cada uno de estos países hay muchas maneras de decir y muchas realidades para ser dichas. El proyecto curatorial de hoy es evidencia de ello.

Por: Teresa Bustillo

9/7/14

¿Un Festival de Videoarte en Camagüey? ¿De Videoarte? ¿En Camagüey?


6to Fivac: ¿Sera o no será?

La invitación es a revisitar este texto escrito, por el Dr. Eduardo Albert  Santos, para el boletín de Fivac en abril de 2009, lejano texto similar paisaje. Fivac perdura, desde hace dos años con carácter bienal, hoy el mismo equipo gestor esta preparando ya la 6ta edición que será, ¿será?, del 31 de marzo al 4 de abril de 2015.

¿Un Festival de Videoarte en Camagüey? ¿De Videoarte? ¿En Camagüey?

 Tales interrogantes pudieran estar en las cabezas de quienes allá o acá piensan en términos lógicos tradicionales. Se necesitaría probablemente de un pensamiento rizomático, al decir de Deleuze, para entender que si nuestro Norte es el Sur, la periferia puede muy bien ser el centro. Que las formulaciones polares exigen fluidez dialéctica, único modo de hallarle soluciones. Que el Videoarte, caracterizado por los expertos como vehículo dinamizador y democratizador en la visualidad artística contemporánea, puede y debe mostrar a plenitud en nuestro caso esas potencialidades. Que Camagüey debe y puede ser capaz de erigirse sede de una muestra anual internacional de productos artísticos realizados en dicho medio, de propiciar debates al más alto nivel en torno al empleo de tecnologías en calidad de novedosos soportes y formas artísticas.

Se trata, ni más ni menos, de desafiar circunstancias que generalmente se califican de malditas. De romper con esquemas que asocian provincia con provinciano. De conceder una chance a la otrora villa de pastores y sombreros, ahora en parte reivindicada como patrimonio cultural de la humanidad,  de emerger con fuerza propia y apuntar a un universo artístico que se ha dado en llamar "expandido". El Festival de Videoarte en Camagüey es una suerte de ventana que nos abre a los media, nos "conecta" y, en correspondencia, permite circular por estos lares nuevas sensibilidades estéticas, formas y estrategias de comunicación.

Si como afirma Bill Viola  "…el arte debe ser un componente de la cotidianidad o no es sincero", la confrontación de las formas derivadas del video debe constituirse en espacio natural de nuestra añeja cotidianidad y forzar de algún modo su posible anquilosamiento, dinamitar su sincero tradicionalismo y expandir sus horizontes. Nam June Paick concibió al video como un  "modelo de vida". Aquí se entendería que el Festival se orienta a algo más que a un conjunto de proyecciones, mejor concebirlo como fórmula propiciadora de nuevos horizontes de vida, de actualizadas vivencias. Recurso de convocatoria a la renovación de comportamientos, de accesos a canales inexplorados, que desarticulen fórmulas decadentes del diálogo urbano, códigos retóricos de comunicación  y contribuyan a la emergencia de nuevos tejidos de sociabilidad.

Si se especulara acerca de la distancia entre los posibles entusiasmos pasajeros de los promotores de este Festival y las realidades de una recepción interesada que de forma tangible acuda a la cita, la primera experiencia no deja lugar. Desbordó toda expectativa. Se hizo realidad la presencia de una audiencia numerosa, ávida de experiencias diferentes. El denominado "ojo tecnológico" llegó a espectadores de todas las edades, puso en evidencia la versatilidad de sus imágenes y contribuyó a cambiar el régimen escópico de esta parte del mundo. Hubo ganancia en los repertorios formales y temáticos, favoreció a los noveles y desentumeció a los tradicionales, sacudió modorras. El debate teórico-crítico del primer festival puso en evidencia la productividad del encuentro entre creadores y expertos. Uno de los artistas invitados – Lázaro Saavedra – pidió en el último debate continuarlo aun cuando fuese imprescindible posponer la clausura del evento. Elocuente anécdota que delata un interés compartido por el asunto en litigio.

Hay que agradecer a Jorge Santana, el ideólogo principal del Festival, la oportuna iniciativa. Su espíritu inclaudicable explica que la utopía no se quedase en eso y fuese esta vez realizable. Quizás la clave está en su propia capacidad de aunar voluntades, de enamorar con el proyecto a algunos de los más escépticos (siempre quedan otros sentados a la espera de un posible fiasco), de mover a los más noveles, de saltar por encima de dificultades tecnológicas, de agenciarse patrocinadores. De todo esto estamos urgidos en las artes del territorio y no sólo en el nuestro.

El segundo momento de encuentros ya nos tiene en jaque. Sus organizadores trabajamos para su salud. Cada día hay noticias, buenas y malas, pero hay sin dudas una corriente de optimismo que prevalece. Todo parece indicar que gústenle o no, la respuesta es afirmativa e, incluso, desafiante, provocadora:   

Si, un segundo Festival de Videoarte en Camagüey. De Videoarte. En Camagüey. Esta vez, internacional.  Cada año. Con desenfado total, apostando por la quiebra de cualquier designio negativo, anulando profecías burlonas o desacreditados pronósticos, haciendo de su ocurrencia una necesidad.

A solo dos meses de presentada la convocatoria al 6to Fivac muchísimos artistas de varios países han respondido ya a la invitación, ya hemos recibido por correo postal, aja, varias obras,  próximamente el público podrá apreciar aquí, en Camagüey a 500 km del centro de todo, obras de Turquía, Argentina, México, Ecuador, India, Grecia, Irlanda, España y por supuesto cubanas y locales no faltarán. La convocatoria al 6to Fivac esta abierta hasta enero de 2015.

Fivac con nueva sede, espera a los amigos de siempre y confía en que estos sepan atraer hasta aquí a los suyos. Ya no somos unos pocos entusiastas,  hoy somos más.

Por: Diana Rosa Pérez Legón